Alemania impulsa los semiconductores con 2.000 millones de euros
Dos personas familiarizadas con el asunto dijeron a Bloomberg agencia de noticias que se espera que las subvenciones para la industria de semiconductores asciendan a unos dos mil millones de euros, pero se mantuvieron en el anonimato ya que la información aún no se ha hecho pública. Según estas fuentes, el Ministerio Federal de Economía alemán (BMWK) envió a principios de noviembre una petición a las empresas de chips para que solicitaran nuevas subvenciones. Aun así, parece que las cifras definitivas "todavía están en el aire".
Públicamente, el ministerio sólo dijo que el presupuesto se situará en la "horquilla baja de los mil millones de euros". La portavoz del BMWK, Annika Einhorn, reveló en un comunicado oficial que los nuevos fondos se pondrán a disposición de las empresas de chips para que desarrollen "capacidades de producción modernas que superen significativamente el estado actual de la técnica."
Aunque la cantidad exacta aún no está clara, otra cuestión sigue siendo si el programa de financiación previsto ahora por el BMWK podrá llevarse a cabo. Como la mayoría sabrá por los recientes titulares internacionales, en febrero se elegirá en Alemania un nuevo gobierno federal - el Bundestag - tras la disolución de la "coalición del semáforo" entre los laboristas alemanes (SPD - rojo), los demócratas liberales (FDP - amarillo) y el partido Verde. Tras las elecciones, es probable que el nuevo gobierno planifique su propio presupuesto para financiar sus proyectos. Lo que está por ver es si los Verdes seguirán al frente del Ministerio de Economía. La incertidumbre es correspondientemente grande para los fabricantes de chips, que ahora presentan una solicitud, tal y como pide el BMWK, pero no tienen garantías de que los fondos lleguen a desembolsarse.
La industria del automóvil necesita urgentemente semiconductores modernos, ya que se utilizan en varias unidades de control de los vehículos eléctricos. La electrónica de potencia de los accionamientos es especialmente importante porque es aquí donde la corriente continua almacenada en la batería se convierte en corriente alterna para el motor eléctrico, en función de las necesidades de potencia. Cuanto más eficaz sea esta conversión, menos electricidad se perderá en forma de calor, y la autonomía aumentará. Hasta ahora, sin embargo, la industria ha dependido principalmente de las importaciones, por ejemplo, de uno de los líderes del mercado, TSMC, en Taiwán. Las tensiones políticas entre Taiwán y China podrían perturbar las delicadas cadenas de suministro. La industria automovilística alemana dependencia de los productores asiáticos de semiconductores causó trastornos a la producción durante la pandemia, y en 2022, la producción de coches eléctricos también se ralentizó debido a los cortes de electricidad en China a causa de las sequías, que provocaron que las principales zonas productoras ralentizaran la producción.
Como Bloomberg escribe, el gobierno alemán quiere utilizar los nuevos fondos para apoyar "entre diez y quince proyectos de diferentes áreas". Esto abarcará desde la producción de obleas hasta el ensamblaje de los microchips propiamente dichos. El portavoz del BMWK, Einhorn, confirmó: "Los proyectos financiados deben contribuir a un ecosistema microelectrónico fuerte y sostenible en Alemania y Europa."
Queda por ver hasta qué punto resulta atractiva la financiación para los fabricantes de chips si el presupuesto de supuestamente dos mil millones de euros se divide entre diez o quince proyectos. Se afirma que la fábrica de chips de Magdeburgo, paralizada por Intel en septiembre, tenía un volumen de proyectos de 30.000 millones de euros, de los que el gobierno federal debía aportar 10.000 millones de euros como subvención en virtud de la Ley de chips de la UE, lo que representa una suma significativamente superior para un solo proyecto.
A pesar del apoyo gubernamental, Intel detuvo el proyecto debido a diversos problemas en el seno de la empresa. Este revés para la industria alemana de chips se vio agravado por el aplazamiento indefinido de la fábrica prevista para el fabricante estadounidense Wolfspeed en cooperación con ZF en Saarland en octubre de 2024. No obstante, TSMC ha estado construyendo una nueva fábrica de semiconductores en Dresde desde agosto - como parte de una empresa conjunta con Bosch, Infineon y NXP.
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