VW insiste en duras medidas de recorte de costes para el tercer trimestre
En VW, ya no se trata sólo de alcanzar objetivos de márgenes más elevados o una mejor capitalización bursátil. La empresa ha declarado que la situación actual es "grave" - y una fase decisiva en la historia de la empresa. Desde esta semana ha quedado claro que el Grupo cerrará por primera vez una planta en Europa: las luces se apagarán en el Planta de Audi en Bruselas a finales de febrero. Y mientras dos plantas alemanas se contaban en principios de septiembreahora se habla de 'al menos tres' plantas - por lo que no se trata sólo de localidades más pequeñas como Dresde u Osnabrück, sino también de grandes plantas.
Y en medio de esta disputa sobre el programa de reducción de costes, VW no sólo ha presentado sus cifras de negocio del tercer trimestre, sino que también ha iniciado una nueva ronda de negociaciones salariales con el sindicato IG Metall. Las cifras son extremadamente pobres: el beneficio después de impuestos cayó un 64% hasta los 1.580 millones de euros, mientras que la facturación se mantuvo casi constante con un descenso del 0,5% (78.500 millones de euros). En el año en curso, el volumen de negocios incluso ha aumentado ligeramente hasta los 237.300 millones de euros, mientras que el resultado de explotación ha caído un 21% hasta los 12.900 millones de euros. Por lo tanto, la rentabilidad está cayendo, con un margen operativo para la marca principal de turismos VW de sólo el 2% en el tercer trimestre - el objetivo es del 6,5% en 2026.
Los cierres de plantas provocan costes de miles de millones
VW justifica la caída de los beneficios en el trimestre por los "considerables gastos de reestructuración" por un total de 2.200 millones de euros. Se trata principalmente de indemnizaciones por despido, ya que VW quiere reducir su plantilla y dichos pagos también están pendientes en Audi (véase la planta de Bruselas). Sólo en Audi se registraron gastos por valor de 1.200 millones de euros en relación con el inminente cierre de la planta.
La "tormenta perfecta" de la que advirtió la dirección de VW hace unos meses se hace ahora visible en el balance. En el importante mercado chino, las cuotas de mercado de los fabricantes alemanes están cayendo, y el antiguo líder del mercado, VW, se ha visto especialmente afectado. Al mismo tiempo, el mercado en Europa no ha alcanzado los niveles anteriores al coronavirus y, según el director financiero de VW, Arno Antlitz, no volverá a hacerlo: no espera ver más de 14 millones de ventas de vehículos en el continente a largo plazo, es decir, dos millones de unidades menos que antes de la pandemia. El pastel es cada vez más pequeño - y nuevos competidores están entrando en el mercado desde China.
Como resultado, la marca principal registró una entrada de efectivo negativa de mil millones de euros en el tercer trimestre. Ni en China ni en Europa puede permitirse VW subir los precios en un entorno competitivo para generar más ingresos. La única opción es, por tanto, reducir los ya elevados costes fijos. Antlitz se refirió a la marca Skoda del Grupo, que "en el mismo entorno" generó una rentabilidad del 8% en los tres primeros trimestres. Skoda opera con una base de costes competitiva.
Aunque se espera que los costes de la planta principal de Wolfsburgo sean menores este año que en 2023, Antlitz no dio ninguna cifra. En cualquier caso, actualmente no está claro si el Consejo de Administración volverá a evaluar la situación. Antlitz también declaró que el objetivo inicial de ahorro de diez mil millones de euros debía revisarse al alza, pero tampoco aquí hay una cifra exacta. O bien el propio director financiero no conoce aún este nuevo objetivo de ahorro porque todavía se está ultimando. O bien el Grupo no quiere nombrar ningún nuevo objetivo de ahorro en vista del debate, ahora político, sobre la amenaza de cierres de plantas y pérdidas de puestos de trabajo y las negociaciones de los convenios colectivos.
"Soy consciente de que los recortes que se están debatiendo en Volkswagen AG son duros", afirma Antlitz. "Pero es nuestra responsabilidad conjunta conducir a Volkswagen hacia un futuro bueno y seguro". También se habló de "decisiones esenciales y dolorosas". "Debemos posicionar la marca de forma competitiva para el futuro y las generaciones venideras", dijo el director financiero.
Al menos Antlitz puede dar el visto bueno en un área: Como los pedidos de e-cars casi se han duplicado (hasta 170.000 vehículos) y la demanda de híbridos enchufables (como el Passat y el Tiguan) también está aumentando, Antlitz expresó su confianza en que Volkswagen podrá cumplir los objetivos de CO2 para 2025, y evitar así los costes de un fondo común de CO2 o incluso multas a la UE.
El IG Metall amenaza con "una nueva escalada
Ahorros sí, pero no cierres de plantas: así puede resumirse la posición del IG Metall en la segunda ronda de negociaciones colectivas. Negociar un "concepto de futuro viable para todas las plantas" es el 'billete' para las negociaciones posteriores, según Thorsten Gröger, negociador jefe de IG Metall. De lo contrario, el sindicato tendría que "planificar una nueva escalada", es decir, si VW insiste en los cierres de plantas y los recortes masivos de empleo. A la vista de las declaraciones de Antlitz, sin embargo, esto es poco probable. En su lugar, las huelgas son probables en diciembre, cuando finalice la llamada obligación de paz en la actual ronda de negociaciones.
Las negociaciones se centran en el convenio salarial de empresa de Volkswagen, que cubre a unos 120.000 empleados de las seis grandes plantas del oeste de Alemania. Las tres plantas de Sajonia; Zwickau, Dresde y Chemnitz no están cubiertas por el convenio.
volkswagen-group.com, automobilwoche.de (Antlitz), linkedin.com (objetivos de CO2), zeit.de (negociaciones arancelarias, todo en alemán)
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