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Kim Kohlmeyer de T&E: Por qué AFIR no puede seguir siendo una política de talla única

¿Cómo conseguir que las empresas logísticas europeas se pasen a la movilidad eléctrica? Eso es lo que le preguntamos a Kim Kohlmeyer, de Transport & Environment, en la icnc24 de Berlín. Según ella, el coste es sin duda un problema, pero hay otros obstáculos... y formas de superarlos.

Los camiones eléctricos son caros, al menos más que sus homólogos con motores de combustión. Y cuando se plantean los vehículos eléctricos, las empresas ven un precio elevado. "Lo que realmente necesitamos es gente que se anime a hacerlo", afirma Kohlmeyer. Los casos de uso demostrarán que el coste total de propiedad (TCO) de una carretilla eléctrica sigue siendo inferior.

"Tenemos muchas empresas pequeñas y, para ellas, la inversión es un problema", explica el núcleo del problema. Además, también tienen que tener en cuenta el coste de la infraestructura de recarga en el depósito. "Así que parece una gran montaña que superar".

En términos de política, ve a Europa "bastante adelantada". La AFIR ayudará a crear la infraestructura pública de recarga necesaria y, debido a las normas de CO2, las empresas se ven obligadas a pensar en cómo reducir las emisiones a largo plazo. "Un mandato para las flotas tendría realmente sentido", añade Kohlmeyer.

Otra cosa que tendría sentido a sus ojos es ajustar el AFIR en función de la cantidad de tráfico que atraviesa una región concreta, especialmente en lo que se refiere al transporte por carretera. "Cuando miramos dónde van a estar los puntos de recarga y cuál sería su tamaño, hay un desajuste", afirma el responsable de T&E. Ahora mismo, la AFIR exige que haya infraestructura de recarga cada 60 kilómetros a lo largo de la red RTE-T, pero en algunas regiones esto no es suficiente, explica Kohlmeyer.

"En el norte de España, se necesitan cargadores cada 60 kilómetros [...], pero no se necesitan las masas de electricidad para pasar por allí porque no circulan demasiados camiones", dice. "Ahora se trata de una solución única, lo que no tiene sentido. Necesitamos más infraestructura de recarga en Alemania porque el tráfico pasa por aquí, pero necesitamos menos en el norte de España".

Aún así, confía en que los camiones eléctricos llegarán, aunque no de forma inmediata. "Será más rápido que con los coches", cree Kohlmeyer. "Tendremos otro año lento [...], pero creo que en cinco años tendremos un mercado completamente diferente".

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