La TU Graz desarrollará una evaluación más precisa de las baterías para su uso en segunda vida

Investigadores de la Universidad Tecnológica de Graz han determinado parámetros adicionales para evaluar de forma fiable el estado de las baterías de vehículos eléctricos desechadas para su posterior uso como almacenamiento estacionario de energía. Hasta ahora, la evaluación sólo se basaba en dos criterios.

Imagen: Lunghammer - TU Graz

Actualmente, la reducción de la capacidad de carga y el aumento de la resistencia interna sirven como indicación del estado de una batería usada. Sin embargo, esto "no es suficiente" para tomar una decisión sobre un posible uso de segunda vida, según un comunicado de la TU Graz. Por ello, los investigadores analizaron células de iones de litio utilizadas en vehículos en condiciones reales y especímenes idénticos, como nuevos, en el laboratorio.

Durante ciclos de carga y descarga reproducibles, registraron 31 valores medidos diferentes y comprobaron a continuación hasta qué punto representaban el estado de envejecimiento de las pilas. 13 de estos indicadores resultaron ser significativos, incluyendo, por ejemplo, la capacidad de carga y descarga, la diferencia de temperatura entre los polos durante el proceso de carga o el comportamiento de relajación de la célula de la batería tras el proceso de carga.

"Basándonos en estos indicadores, podemos sacar conclusiones sobre el estado de envejecimiento de las baterías de iones de litio y extraer conclusiones iniciales sobre diferentes perfiles de uso sin tener que depender de información crítica para la protección de datos sobre el historial de uso de las baterías", afirma Jörg Moser, director del Centro de Seguridad de Baterías de Graz en el Instituto de Seguridad de Vehículos de la Universidad Técnica de Graz. "Sobre esta base, podemos decidir si, en principio, se puede considerar el uso de una batería en un ámbito de aplicación específico".

Sin embargo, ni siquiera esto significa necesariamente que la batería pueda reutilizarse sin ninguna duda, ya que los investigadores creen que aún es necesario evaluar su estado de seguridad. Esto se debe a que se producen cambios químicos en los materiales durante la "primera vida", es decir, el uso en el vehículo, que pueden repercutir en su uso seguro. "Es crucial comprender en detalle las celdas de las baterías y los procesos, reacciones y cambios que tienen lugar en ellas para poder calificarlas en cuanto a su comportamiento de seguridad", afirma Christian Ellersdorfer. Dirige el proyecto COMET SafeLIB en el Instituto para la Seguridad de los Vehículos, en el que un consorcio de instituciones de investigación y empresas de automoción y tecnología trabaja en la evaluación de la seguridad de las baterías de iones de litio nuevas y usadas. Los primeros resultados se esperan para finales de año.

Además, como la tecnología de las baterías evoluciona constantemente con nuevos materiales activos, integración de chasis, entre otras cosas. Los métodos de evaluación de dichas baterías también deben adaptarse constantemente. Además, también deben tenerse en cuenta factores como la viabilidad económica de las aplicaciones de segunda vida y cuestiones legales relacionadas con la protección de datos, la garantía o la responsabilidad. "El resultado es un campo de investigación interdisciplinar en el que en la TU Graz queremos trabajar junto con socios nacionales e internacionales en nuevos proyectos de investigación", afirma Christian Ellersdorfer.

tugraz.at (en alemán)

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