Turquía endurece la normativa contra la importación de coches eléctricos procedentes de China
Según la agencia de noticias Bloomberg, las empresas deben operar al menos 140 sucursales autorizadas y un centro de llamadas distribuidos uniformemente por todo el país para poder importar coches eléctricos. Los importadores de la UE y los países que tienen acuerdos de libre comercio con Turquía están exentos de este requisito.
Además, los importadores sólo tienen hasta finales de este año para cumplir la normativa. "Estas normas son tan duras que, a día de hoy, ni una sola marca las cumple", declaró Erol Sahin, director general de la consultora de automoción EBS. Bloomberg. Sobre todo porque los fabricantes tienen que gestionar ellos mismos estas sucursales. Según un decreto del Ministerio de Comercio turco, los acuerdos de distribución con grupos de distribuidores no cuentan.
Turquía es el sexto mercado automovilístico de Europa y un mercado importante para los fabricantes chinos. A principios de este año, Turquía impuso un arancel adicional del 40% a las importaciones de vehículos eléctricos procedentes de China, con lo que el arancel total asciende al 50%. Y sin embargo, según Bloomberg, en los diez primeros meses de 2023, habían vendido un total de 184 millones de dólares en vehículos eléctricos en Turquía, lo que ya supone el doble que en todo el año 2022.
Es lógico que el decreto tenga como objetivo principal impedir la importación de coches eléctricos chinos y evitar una competencia barata para el fabricante turco de coches eléctricos Togg. Este último anunció recientemente la producción en serie de su segundo modelo, una berlina totalmente eléctrica, para 2025. Le seguirán otros tres modelos. El modelo debut de Togg, el todoterreno T10X, ya se ha entregado en el mercado nacional desde abril de 2023.
0 Comentarios