Roma pone freno al uso de patinetes eléctricos de alquiler
Tras el cierre total de los patinetes eléctricos de alquiler en París este mes de septiembre, otra capital europea toma cartas en el asunto. Roma no echará por completo a las maquinitas de las calles, pero reducirá significativamente su número de 14.500 a 9.000.
Esta reducción es consecuencia de la nueva normativa que entró en vigor en la capital italiana el 1 de septiembre, que también redujo el número de empresas de alquiler de nueve a tres. Los tres proveedores restantes, Bird, Dott y Lime, tienen permiso para operar 3.000 patinetes eléctricos cada uno en Roma.
En virtud de la concesión de tres años, cada scooter de alquiler debe llevar una placa de matrícula y un código QR para su identificación. Los usuarios también deben registrar un documento de identidad que demuestre que son mayores de 18 años.
El límite de velocidad máxima se reduce a 20 km/h (frente a 25 km/h) y a sólo seis km/h en las zonas peatonales.
La ciudad dice que también tomará medidas drásticas contra el "aparcamiento salvaje", por lo que las máquinas que antes flotaban libremente deberán ser devueltas a las zonas de aparcamiento designadas cerca de las estaciones de transporte público.
Al mismo tiempo, los titulares del abono de temporada del Metrobús podrán alquilar los patinetes a un precio reducido.
El hecho de que Roma adopte un enfoque más comedido respecto a los e-scooters contrasta con París. La capital francesa según se informa prohibió definitivamente este mes todas las "trottinetas" de alquiler, a pesar de los intentos anteriores de controlar su uso.
Londres, por su parte, sólo permitió un despliegue restringido y exigió que las pequeñas máquinas tuvieran desde el principio plazas de aparcamiento designadas, como un plan para bicicletas. Otras restricciones que hacen que los e-scooters sean más compatibles con la vida en la ciudad son los límites de velocidad, como los mencionados anteriormente, y las medidas antiobstrucción, como hacer una foto al salir del micro LEV.
Aunque el uso privado sigue sin estar restringido, no está claro si es más seguro. Casos recientes en Barcelona y la capital británica documentan el incendio de baterías de e-scooters, que suelen ser de propiedad privada y de fabricación barata. Tras los incidentes, Londres, Barcelona y Hamburgo ya no permiten el uso de patinetes eléctricos en el transporte público.
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