El Gobierno británico publica las últimas normas sobre infraestructuras de recarga
Las nuevas leyes que se introducirán en los próximos meses exigirán que la red de recarga rápida del Reino Unido tenga un índice de fiabilidad de 99% y ofrezca actualizaciones del estado en tiempo real. Al menos eso es lo que sugiere el Gobierno británico en su nueva normativa sobre puntos de recarga públicos.
Publicadas ahora como borrador, las normas mejorarán la experiencia de recarga de los propietarios de vehículos eléctricos. Los ministros esperan que la nueva normativa erradique la ansiedad por la autonomía y cree una red de recarga "de categoría mundial".
Las normas siguen en gran medida la "Estrategia de infraestructura para vehículos eléctricos" anunciada en Marzo de 2022. El entonces primer ministro, Boris Johnson, quería que la recarga de los VE fuera más fácil y barata que el repostaje de los vehículos ICE.
Los operadores ya tenían la tarea de permitir los pagos sin contacto o mostrar precios transparentes, y estos requisitos se han confirmado. Además, se exigirá a las empresas que permitan a los clientes pagar a través de un proveedor externo.
Los CPO también deben mostrar el coste de la carga en peniques por kilovatio hora, ya sea en el propio cargador o a través de un dispositivo independiente al que se pueda acceder sin contrato.
Las nuevas normas publicadas hoy también establecen un estándar mínimo de fiabilidad: cualquier estación de recarga pública deberá funcionar el 99% del tiempo. También se exigirá a todos los cargadores que presenten datos en tiempo real sobre su estado, lo que ofrecerá una mayor información a los usuarios.
Las empresas cobradoras podrían ser multadas con hasta 10.000 libras por cada unidad que incumpla los requisitos.
El modo en que se aplicarán las normas está abierto en este momento.
Melanie Shufflebotham, cofundadora y directora de operaciones de Zapmap, afirmó: "Desde la facilidad de pago hasta los cargadores que sabes que funcionarán cuando llegues a ellos, son cuestiones que se han puesto de relieve durante muchos años". Añadió que era "estupendo ver que el Parlamento aborda ahora estas preocupaciones, lo que conducirá a una mayor colaboración en todo el sector".
Ian Johnston, consejero delegado de Osprey Charging y miembro principal del grupo de presión Charge UK, también afirmó que el sector "acoge con satisfacción esta normativa". Y añadió: "La confianza del consumidor en la infraestructura de recarga es vital, y esperamos trabajar con el Gobierno para aplicar estas normativas en los próximos meses."
Al anunciar el proyecto para 2022, el gobierno también confirmó una inversión de 1.600 millones de libras en 300.000 nuevos puntos de recarga en todo el país para 2030, lo que, según el gobierno, supondría cinco veces más surtidores de combustible tradicionales actualmente en funcionamiento. Queda por ver si se alcanzarán estos objetivos.
Las normas que ahora se publican siguen movimientos similares en Europa. Esta semana, el Parlamento Europeo según se informa aprobó objetivos vinculantes para las estaciones de recarga de vehículos eléctricos que recorren las principales rutas de la UE a intervalos regulares dentro de la década. La aprobación del proyecto con 514 votos a favor, 52 en contra y 74 abstenciones supone un gran paso para convertir los objetivos en ley una vez que el Consejo dé su visto bueno. Para 2026, deberá haber un tope para cargar un coche eléctrico cada 60 km. Además, estas estaciones de recarga deben tener opciones de pago sin contacto y capacidad para soportar la recarga sin abono. En cuanto a la medición, la UE dictamina que los precios deben mostrarse por kWh, kg o minuto/sesión. Los eurodiputados también prometieron que la Comisión creará una "base de datos" de la UE sobre datos de combustibles alternativos antes de 2027 para proporcionar a los consumidores información sobre la disponibilidad, los tiempos de espera o los precios, con lo que este requisito dejará de estar sólo en manos de la industria.
A diferencia del Reino Unido, la UE también estableció objetivos para los vehículos más pesados, que deberán encontrar estaciones de recarga a intervalos de cada 120 km, y existen requisitos para las paradas en boxes de hidrógeno.
Además, Europa considera la recarga pública principalmente como una recarga de alta potencia y, por tanto, exige que los cargadores de vehículos eléctricos ofrezcan 400 kW, y que la potencia de salida de la red aumente a 600 kW en 2028. Para los vehículos más pesados, las normas estipulan de 1.400 kW a 2.800 kW de potencia de salida en función de la carretera.
La normativa británica se ocupa principalmente de los "puntos de recarga rápida", definidos como aquellos que suministran al menos 50 kW. La definición de estación de recarga pública también incluye las que sólo se puede acceder a ellas durante horas específicas; o son situados en un aparcamiento público, independientemente de que dicho aparcamiento esté disponible únicamente para personas que pretendan adquirir bienes o servicios específicos, escribe el gobierno. Esta estipulación es notable, ya que afecta al requisito de fiabilidad: los cargadores sólo deben ser 99% fiables durante su horario de apertura.
Eso en sentido estricto. Al mismo tiempo, la organización de defensa del consumidor Which pidió que los requisitos entraran en vigor antes de 2030 y espera que la industria pueda ir más allá de las normas mínimas.
Sue Davies, responsable de la política de protección del consumidor, comentó: "No obstante, los operadores de puntos de recarga deberían tratar de aplicar estos cambios con mayor rapidez para que los consumidores puedan beneficiarse de ellos lo antes posible, y la industria debería tratar de ir más allá de los requisitos y ofrecer pagos sin contacto en todos los puntos de recarga siempre que sea posible."
autocar.es, legislation.gov.uk (el borrador)
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