Se encuentra un posible compromiso en el debate sobre los e-combustibles en la UE
Se vislumbra una posible solución en la disputa sobre la eliminación progresiva de los vehículos de combustión interna en la UE. El Ministerio de Transportes alemán ya no quiere renegociar los límites de CO2 para los automóviles, lo que supondría el fin de facto de los vehículos de combustión interna a partir de 2035. Aún no está claro si la Comisión de la UE aceptará las exigencias.
Según información de la publicación alemana Der Spiegel, el ministerio de Transportes dirigido por Volker Wissing y el partido FDP exigen que la Comisión de la UE se comprometa a presentar un denominado acto delegado en otoño de este año. Se trata de determinar cómo pueden contribuir los coches propulsados exclusivamente por e-combustibles a los objetivos de la UE para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Según el informe, Hartmut Höppner, Secretario de Estado del Ministerio Federal de Transportes, envió la propuesta a la Comisión de la UE por correo electrónico. Dado que el reglamento sobre los nuevos límites de CO₂ en sí no se va a volver a tocar, el punto de discordia más importante quedaría zanjado.
Que el ministro de Transportes, Volker Wissing, hiciera tal concesión no era previsible en los últimos días. Aunque los representantes tanto del Ministerio de Transportes alemán como de la Comisión de la UE habían insistido repetidamente en los progresos realizados en las negociaciones, los borradores de ambas partes publicados recientemente en los medios de comunicación daban una impresión diferente. Mientras que la Comisión, presionada tras la amenaza de abstención de Alemania en la votación final, había propuesto crear una nueva categoría de vehículos para los e-combustibles que técnicamente no pueden funcionar con combustibles fósiles, el Ministerio de Transporte alemán sorprendió a todos con su propio borrador. Aparentemente, éste estipulaba que los coches con motor de combustión interna no tendrían que alimentarse exclusivamente con combustibles sintéticos a partir de 2035, sino que también podrían hacerlo con una mezcla de e-combustibles y gasolina o gasóleo.
Ahora Wissing parece haberse echado atrás en esta exigencia. Según Der Spiegel, la nueva propuesta del Ministerio de Transportes sólo menciona ahora los vehículos con motor de combustión "que reposten exclusivamente con combustibles neutros en CO2". Para ellos, incluso después de 2035, "se creará una perspectiva de que puedan matricularse de nuevo". Esto correspondería de nuevo a la exigencia original del FDP, después de que el ministerio hubiera ido mucho más allá de esta exigencia con el borrador presentado entretanto, en el sentido de que también habría sido posible el funcionamiento (parcial) de los coches nuevos con combustibles fósiles.
Por el momento, el gobierno alemán no ha hecho pública ninguna reacción a la Comisión de la UE sobre el nuevo borrador. El hecho de que se vaya a examinar una normativa sobre el funcionamiento de los vehículos nuevos con motor de combustión y el uso puro de e-combustible ya está incluido en la ley prevista sobre los límites de CO2 del parque automovilístico (puesto que éstos deben reducirse a cero gramos por kilómetro, se trata de facto de una eliminación progresiva de los motores de combustión). Sin embargo, en la versión que el Ministerio de Transportes también aceptó el año pasado, se trata de un llamado considerando, un requisito jurídicamente no vinculante. El ministerio de Wissing reclama más fuerza vinculante en este punto y afirma que la Comisión debería comprometerse a presentar un denominado acto delegado antes del otoño de este año, en el que se explique exactamente cómo esos coches con motor de combustión interna que funcionan exclusivamente con e-combustibles "pueden contribuir a los objetivos de la UE para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero", como Spiegel escribe.
Eso sería probablemente lo máximo que el Ministerio de Transportes puede exigir actualmente. Sin embargo, todavía no es seguro que se aplique realmente como quiere Wissing, porque un acto delegado de la Comisión puede ser frustrado tanto por el Parlamento de la UE como por el Consejo de los Estados miembros.
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