La electrificación del parque automovilístico alemán, más lenta que la de sus vecinos
¿Cómo va la electrificación de las flotas de vehículos de empresa en Alemania y cómo se compara con sus vecinos del norte de Europa, los Países Bajos y Suecia? Para responder a esta pregunta, la empresa energética Vattenfall encargó un estudio comparativo. Resumimos los principales resultados.
Alrededor de 900 responsables de empresas de Alemania, Suecia y los Países Bajos participaron en la encuesta, realizada por Statista y encargada por la empresa sueca de servicios públicos Vattenfall. El requisito para participar era que las empresas tuvieran al menos cinco coches en su propia flota o como coches de empresa.
Una de las principales conclusiones sobre las flotas de vehículos de las empresas alemanas es que casi dos tercios (63%) de las empresas encuestadas ya disponen de vehículos con propulsión eléctrica en sus flotas, y una de cada dos empresas utiliza vehículos híbridos. "Sin embargo, los vehículos con motor de combustión siguen desempeñando un papel importante en Alemania", escribió Vattenfall en un comunicado de presentación del estudio. En contraste con Suecia y los Países Bajos, sólo el doce por ciento de las empresas alemanas ha abandonado por completo los vehículos de combustión interna, mientras que sus vecinos alemanes son cada vez más limpios y rápidos. En Suecia, el 32% ha abandonado el transporte alimentado por combustibles fósiles, en los Países Bajos, sólo un poco menos y más del doble que Alemania, con un 31%.
En conjunto, Suecia y los Países Bajos también están por delante de Alemania en cuanto a la proporción de vehículos eléctricos en sus flotas. En Alemania, sólo un tercio (35%) de los encuestados afirmó tener diez o más coches eléctricos en su flota. En comparación, el 54% de las empresas de Suecia tienen diez o más coches eléctricos, y en los Países Bajos, la cifra llega al 56%.
Las empresas alemanas han manifestado que se enfrentan a una serie de factores inhibidores a la hora de descarbonizar sus flotas de automóviles. Dijeron que se sienten frenadas por la limitada autonomía de los vehículos eléctricos (66%), la falta de infraestructura pública de recarga (60%), los largos tiempos de recarga (59%), muy pocas plazas de aparcamiento con opciones de recarga (59%), los altos costes de adquisición (56%) y la complicada facturación de los costes de recarga (45%) como los mayores retos para ampliar el número de coches eléctricos en sus flotas.
Estos retos y las incertidumbres asociadas se ven contrarrestados por la determinación de las empresas dadas a pasarse a los vehículos eléctricos: Según el estudio, dos tercios de las empresas alemanas aspiran a electrificar por completo su flota de vehículos y más del 80% tienen previsto adquirir más coches con sistemas de propulsión eléctrica cuando realicen nuevas compras. De las empresas que aún no utilizan vehículos eléctricos, el 41% ya tiene planes concretos para adquirirlos, y para el 32%, la compra es al menos una posibilidad general.
Según el estudio, el principal motor del cambio a los coches eléctricos es reducir las emisiones de CO2 y contribuir a la transición del transporte fuera de los combustibles fósiles: Casi dos tercios (61%) de las empresas citaron este motivo como el más importante para electrificar su propia flota de vehículos. La reducción de costes a largo plazo ocupó el segundo lugar (56%), seguida de la promoción de la imagen de la empresa (53%) y la responsabilidad social (52%). Dicho esto, también es cierto que los propietarios de coches eléctricos tendrán que abandonar los motores de combustión a más tardar en 2035 debido a las estipulaciones de la UE.
En Alemania, 2023 debería ser un año interesante para las matriculaciones comerciales de BEV, ya que la subvención federal alemana "Bonificación medioambiental" para las empresas expira en septiembre. Puede que Alemania sólo necesite un esfuerzo adicional para ponerse a la altura de sus vecinos.
Informe de Cora Werwitzke, traducido del alemán
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