Vehículos eléctricos bajo tierra: K+S prueba la movilidad eléctrica en sus minas
El productor de fertilizantes y sal K+S está probando si los vehículos eléctricos están hechos para trabajar en las minas. Las condiciones que se dan allí, como carreteras irregulares, grandes pendientes y temperaturas de hasta 50°C, podrían ser posibles obstáculos para la tecnología. Un proyecto actual en la mina de Hattorf-Wintershall combina ahora pruebas aisladas de vehículos eléctricos.
Dado que cada vez más fabricantes han anunciado que no seguirán produciendo vehículos todoterreno diésel en un futuro próximo, K+S está estudiando cómo hacer también el cambio a los VE. Actualmente, la pequeña flota eléctrica se compone de seis pick-ups con capacidad todoterreno y una furgoneta eléctrica de pasajeros con espacio para ocho personas. Se dice que la primera tiene una autonomía de unos 110 kilómetros. Sólo para el K+S, el fabricante de automóviles cambió el motor diésel por uno eléctrico de unos 90 kW.
Los VE en las minas tienen que recorrer hasta 100 kilómetros por turno y se utilizan en varios turnos al día. Los periodos de carga suelen ser muy cortos y sólo pueden realizarse durante los cambios de turno. Además, la carga no puede estar disponible en todas las partes de las minas, afirma Lars Rickfelder, responsable de tecnología subterránea de K+S. La empresa ha creado una red de carga independiente de 400 voltios con 12 cargadores de CA para la prueba. A largo plazo, podría haber más de 300 VE en la mina.
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