China: ¿Poder para el pueblo o para los fabricantes de automóviles?
La actual ola de calor en China, la peor desde 1961, está dificultando también la producción de automóviles en todo el país. Después de que el calor extremo y la sequía provocaran cortes de electricidad, la provincia de Sichuan ordenó el cierre de la mayoría de las fábricas de la zona durante seis días.
Mientras tanto, el cierre se ha prolongado otros cinco días. Esto está provocando la interrupción de las cadenas de suministro, con consecuencias para los principales fabricantes de automóviles, como Tesla y SAIC.
Con las temperaturas por las nubes en toda China, la combinación del mayor uso de aparatos de aire acondicionado y la disminución del caudal del río Yangtsé ha provocado condiciones de sequía en más de 70 ciudades del país. La provincia china de Sichuan está especialmente afectada porque es uno de los mayores centros hidroeléctricos del país.
Sichuan es un centro importante para los fabricantes de semiconductores, baterías y otras piezas de automóvil. Según la CNN, los cortes de electricidad hicieron que 16 proveedores de automóviles de la región no pudieran fabricar suficientes piezas.
Aunque Shanghái está a más de 3.000 kilómetros de la provincia de Sichuan, los fabricantes de automóviles de esa zona, como Tesla, están teniendo que hacer frente a la interrupción de las cadenas de suministro, que según el fabricante está afectando a la producción. También en Shanghái se encuentran algunas de las principales fábricas de automóviles de SAIC, que incluyen empresas conjuntas con Volkswagen (VLKAF) y General Motors. En la ciudad de Chengdu, Reuters informó la semana pasada de que el fabricante japonés de automóviles Toyota tuvo que suspender sus operaciones. La fábrica de Foxconn en Sichuan también está sintiendo la presión.
Shanghái ha pedido un trato especial para que sus fabricantes de automóviles puedan continuar con su fabricación, pero al parecer esto ha provocado una reacción violenta en las redes sociales chinas porque muchos ciudadanos consideraron una "desvergüenza" que se permitiera funcionar a las fábricas de automóviles mientras decenas de miles de personas en Sichuan no tienen electricidad en absoluto.
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