Mercedes quiere reducir a la mitad su huella de CO2 para 2030
Mercedes-Benz pretende reducir las emisiones de CO2 por turismo en más de la mitad a lo largo de todo su ciclo de vida para finales de esta década en comparación con 2020. Las principales palancas para ello son los coches eléctricos cargados con electricidad verde, mejores baterías, materiales reciclados y el uso de energías renovables en la producción.
En su primera conferencia digital sobre ESG (Medio Ambiente, Social y Gobernanza) para inversores y analistas, el consejero delegado de Mercedes, Ola Källenius, reiteró el plan de ser totalmente eléctrico en 2030 con la salvedad de "siempre que las condiciones del mercado lo permitan". Como objetivo provisional, Mercedes-Benz declara ahora que alcanzará una cuota de hasta el 50% de vehículos híbridos enchufables y eléctricos de batería, resumidos por Mercedes como "xEVs", para 2025.
En el primer trimestre de 2022, la cuota de xEV en Mercedes-Benz Cars (incluido Smart) fue del 15% en todo el mundo; en Europa, alrededor de uno de cada tres turismos vendidos estaba electrificado. La cuota de BEV puros, sin embargo, era sólo del 4,3%.
Para alcanzar los nuevos objetivos de CO2, Mercedes considera que la batería es "la mayor palanca para reducir las emisiones de CO2". Por un lado, se trata de la energía utilizada en la producción: al pasar a una producción de células neutra en CO2, las emisiones durante la fabricación de todo el paquete de baterías pueden reducirse en un 20%. Por otro lado, la propia tecnología de las pilas debe seguir desarrollándose centrándose en el uso de los recursos: por ejemplo, mejorando el proceso de producción de ánodos y cátodos.
En la conferencia ESG, Mercedes esbozó tres vías de desarrollo: los ánodos con un alto contenido en silicio deberían ofrecer "un gran potencial para aumentar la densidad energética" a mediados de la década - concretamente, Mercedes menciona más de 800 Wh/l a nivel de célula. Esto podría reducir el uso de algunos materiales caros cuyo procesamiento consume mucha energía.
Al mismo tiempo, Mercedes-Benz planea poder utilizar baterías LFP con un cátodo completamente libre de cobalto en sus vehículos de producción. El énfasis aquí está en "poder utilizar", así que se están preparando para ello, pero Mercedes no quiere anunciar todavía la conversión concreta de un modelo a baterías LFP ni un proveedor de celdas.
Lo mismo puede decirse de la tercera vía: "Junto con socios investigadores, la empresa también está trabajando en baterías de estado sólido", dice el comunicado. Sin embargo, la empresa aún no especifica un horizonte temporal, modelos o potencial de ahorro concreto.
En el curso de la conversión a coches eléctricos de batería, Mercedes también está investigando el reciclaje de baterías. Mercedes está construyendo actualmente su propia Fábrica de reciclaje neutra en emisiones de CO2 en Kuppenheim en el sur de Alemania. También están previstas plantas de reciclaje en China y EE.UU., según se informa.
Sin embargo, las medidas de CO2 no sólo afectan a los propulsores eléctricos. Para 2030, Mercedes quiere obtener más del 70% de la energía necesaria en la producción a partir de energías renovables, en parte con sus propias plantas solares y eólicas en los emplazamientos, pero también "concluyendo otros acuerdos de compra de energía correspondientes". Con sus socios, Mercedes quiere establecer una cadena de suministro ecológica para el acero y el aluminio. También quiere aumentar la proporción de materiales reciclados en los vehículos (por ejemplo, fundas de asientos fabricadas con botellas de PET recicladas).
Con información de Sebastian Schaal, Alemania.
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