El consorcio Battery500 entra en la segunda fase de investigación
El consorcio estadounidense Battery500 ha recibido $75 millones para una segunda fase de investigación. El consorcio tiene la tarea de desarrollar baterías de nueva generación para vehículos eléctricos que puedan superar el rendimiento de las actuales baterías de iones de litio.
El proyecto ha sido financiado por la Oficina de Tecnologías para Vehículos (VTO) del Departamento de Energía como parte de los $209 millones concedidos por la VTO para el avance de los vehículos eléctricos, las baterías y los vehículos conectados. En esta segunda fase, el Consorcio Battery500 tiene la tarea de alcanzar los objetivos de rendimiento y coste del Departamento de Energía para baterías robustas de alta energía con hasta 500 Wh/kg. Los $75 millones de financiación podrán repartirse a lo largo de los próximos cinco años, con $15 millones cada año sujetos a consignaciones.
En 2016, el consorcio Battery500 se fundó como una de las nuevas iniciativas de la Administración Obama para impulsar la adopción de vehículos eléctricos, liderada por el Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico (PNNL). El consorcio se formó con el objetivo de construir un paquete de baterías con una energía específica de 500 vatios-hora por kilogramo, frente a los 170-200 vatios-hora por kilogramo que permitían entonces las baterías típicas de los vehículos eléctricos.
En 2017, el consorcio concedió $5,7 millones en financiación a 15 proyectos diferentes. En este momento, los investigadores se centraron en las baterías de litio-metal que utilizan litio en lugar de grafito para el electrodo negativo de la batería. El equipo emparejó el litio con dos materiales diferentes para el electrodo positivo de la batería. Al estudiar estos materiales, el consorcio pretendía evitar reacciones secundarias no deseadas en el conjunto de la batería que debilitan su rendimiento.
El consorcio tiene como objetivo clave garantizar que las soluciones tecnológicas que desarrolle puedan satisfacer las necesidades de los fabricantes de automóviles y baterías. Para lograrlo, los miembros del consorcio tienen que garantizar que las innovaciones significativas puedan ser aplicadas rápidamente y sin problemas por la industria a lo largo del proyecto.
"La fase 2 nos permitirá aprovechar el éxito de los últimos cinco años y proporcionar el liderazgo necesario para desarrollar la próxima generación de baterías, que dará lugar a una industria norteamericana de fabricación de baterías y vehículos eléctricos", declaró M. Stanley Whittingham, distinguido profesor de química de la Universidad de Binghamton y galardonado en 2019 con el Premio Nobel de Química por el desarrollo de las baterías de iones de litio.
Además del PNNL, los investigadores que acompañaron a la fase uno y que también pasarán a la fase dos de este proyecto son el Laboratorio Nacional de Brookhaven, el Laboratorio Nacional de Idaho, el Laboratorio Nacional del Acelerador SLAC, la Universidad de Binghamton, la Universidad de Texas en Austin, la Universidad de Stanford, la Universidad de California en San Diego y la Universidad de Washington. Para la segunda fase, a estos equipos se unirán investigadores de la Universidad A&M de Texas, la Universidad Estatal de Pensilvania, la Universidad de Pittsburgh, la Universidad de Maryland y General Motors.
John Goodenough, profesor de ingeniería de la Universidad de Texas en Austin, declaró: "Hemos recorrido un largo camino con la investigación y el desarrollo fundamentales que han conducido a la comercialización generalizada de la tecnología de las baterías de iones de litio. A medida que avanzamos en la electrificación de los automóviles, es fundamental una gran autonomía entre cargas con una vida útil aceptable." Goodenough recibió el Premio Nobel junto con Whittingham en 2019. "UT Austin se enorgullece de formar parte del Consorcio Battery500, que se centra en más que duplicar la densidad de energía con una larga vida de ciclo", añadió.
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