MTU y EASA buscan establecer normas para los aviones FCEV
El fabricante alemán de motores MTU Aero Engines se ha comprometido a crear nuevas normas, reglamentos de certificación y procedimientos de verificación para los sistemas de pilas de combustible en la aviación. Para ello, MTU colabora ahora estrechamente con la Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea (AESA).
Con este fin, ambas partes han establecido una asociación para la innovación. Juntas están investigando "posibles vías para la futura certificación de una pila de combustible voladora". Este es el nombre que MTU ha dado a un nuevo tipo de concepto de propulsión que la empresa lleva desarrollando y validando junto con el Centro Aeroespacial Alemán (DLR) desde el año pasado. Un Dornier 228 sirve de plataforma tecnológica y demostrador de vuelo, que se equipará y probará con una pila de combustible alimentada por hidrógeno y un propulsor eléctrico de hélice simple en los próximos años.
"Cuando se trata de la homologación de una pila de combustible voladora, todas las partes implicadas se adentran en territorio desconocido", expresa el director de calidad de MTU, Thomas Frank, "por eso buscamos el diálogo con los organismos de certificación en una fase tan temprana". Frank no da más detalles sobre el horizonte temporal que espera la empresa para la validación y certificación de su motor de pila de combustible.
El ingeniero jefe de la AESA, Alain Leroy, atribuye a MTU el mérito de ser una de las primeras empresas en colaborar con la AESA en este ámbito. "Nuestros aprendizajes de esta asociación de innovación nos permitirán apoyar eficazmente la introducción segura de estas tecnologías disruptivas en el mundo de la aviación, con sus esperados beneficios para el medio ambiente."
Por cierto, MTU inició el trabajo de desarrollo conjunto con el DLR en agosto de 2020, sobre la base de un memorando de entendimiento firmado entonces. El objetivo del proyecto tecnológico conjunto era desarrollar una cadena cinemática completa adecuada para la aviación y su refrigeración, se dijo entonces. En aquel momento, los socios preveían que el primer vuelo del demostrador Do228 tendría lugar como muy pronto en 2026. Hasta 80 expertos participarán en el proyecto.
"En la situación actual, las pilas de combustible que utilizan hidrógeno producido de forma sostenible ofrecen el mayor potencial a largo plazo para hacer realidad una aviación sin emisiones. Creemos que podrían ofrecer un rendimiento y una autonomía suficientes para los aviones regionales y de corta y media distancia", anunció MTU en la firma del contrato el año pasado.
Mientras tanto, la empresa también participa en proyectos de colaboración para la electrificación de la aviación. Junto con Escisión de DLR H2FLYEntre otros, MTU participa, por ejemplo, en la red de investigación EnaBle, que impulsa el desarrollo y la optimización de un sistema de propulsión híbrido para la aviación que combina pilas de combustible y sistemas de baterías.
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