Japón acuerda un nuevo presupuesto para subvenciones a los VE
El gobierno japonés destina un total de 37.500 millones de yenes (290 millones de euros) a la e-movilidad en un presupuesto suplementario para 2021. La mayor parte de la suma se destinará a primas para la compra de vehículos y el resto a infraestructuras de recarga e hidrógeno.
Como el periódico económico japonés Nikkei informa, 25.000 millones de yenes (193 millones de euros) se destinarán a subvenciones para vehículos con sistemas de propulsión eléctricos de batería, híbridos enchufables y de pila de combustible. Se destinan 6.500 millones de yenes (50 millones de euros) a nuevas estaciones de recarga y 6.000 millones de yenes (46,5 millones de euros) a nuevas estaciones de llenado de hidrógeno.
Como se ha informado, el gobierno ha aumentó las subvenciones para los BEV hasta 800.000 yenes por vehículo, lo que equivale a 6.200 euros. En el caso de los vehículos de pila de combustible, se pagarán hasta 2,5 millones de yenes, es decir, 19.375 euros.
Sin embargo, estos porcentajes de subvención no suelen ser alcanzables en la práctica. Los 800.000 yenes para los e-cars, sin embargo, sólo están disponibles si toda la electricidad para cargarlos en casa o en el trabajo procede de fuentes renovables. Para muchos consumidores de las grandes ciudades, estas condiciones son difícilmente alcanzables. En el caso de los coches de pila de combustible, se incluye la diferencia de precio con los coches de gasolina de tamaño similar. Así, un Toyota Mirai está subvencionado con 1,4 millones de yenes, es decir, 10.850 euros.
En el caso de los BEV, la actualmente limitada infraestructura pública de recarga también ha impedido hasta ahora un gran éxito de mercado. El año pasado sólo se vendieron 15.000 coches eléctricos en Japón. A finales del año fiscal 2020, había 2,3 puntos de recarga por cada 10.000 habitantes en Japón. En su informe, Nikkei utiliza Francia como comparación, donde esta proporción es de 6,9 puntos de recarga por cada 10.000 habitantes.
El gobierno de Tokio se ha fijado el objetivo de ampliar la red de puntos de recarga públicos de los 30.000 actuales a 150.000 para 2030. Sin embargo, Nikkei señala que los 6.500 millones de yenes del actual presupuesto suplementario bastarán "para unos pocos miles de cargadores como mucho".
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