La AIE recomienda una electrificación de los vehículos de 60% para 2030
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha presentado un plan paso a paso sobre cómo el mundo puede alcanzar la neutralidad neta de CO2 para 2050. Según la AIE, las promesas de protección del clima realizadas por los gobiernos hasta la fecha -incluso si las cumplieran plenamente- distan mucho de cumplir los requisitos necesarios para ello.
En el sector del transporte, según el plan de la AIE, a partir de 2035 no podrán venderse nuevos coches con motor de combustión en todo el mundo, y al menos el 50% de los camiones pesados vendidos tendrían que ser eléctricos. Ya en 2030, la proporción de coches eléctricos en el número de coches vendidos en todo el mundo tendría que alcanzar el 60%.
Las fechas de 2030 y 2035 no se han elegido al azar: Para lograr la neutralidad neta de CO2 en 2050, la AIE ha agrupado más de 400 medidas en intervalos de cinco años para su plan escalonado. El director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, advierte que esta hoja de ruta también debe seguirse: "Nuestra hoja de ruta muestra las medidas prioritarias que se necesitan hoy para garantizar que no se pierda la oportunidad de alcanzar las emisiones netas cero en 2050, algo estrecho pero aún alcanzable".
Al menos en el sector de los turismos, los objetivos de la AIE coinciden aproximadamente con los planes de los fabricantes, y su aplicación parece factible en este sentido. VW planea tener una cuota del 70% de coches eléctricos en 2030 y superaría el objetivo de la AIE, siempre que VW pueda cumplir sus propios objetivos. BMW, por su parte, tiene previsto 50% de coches eléctricos en 2030.
Otros objetivos del plan de la AIE se refieren indirectamente a la electromovilidad: la generación de energía. Según el plan gradual, no se permitirán nuevas centrales eléctricas de carbón con efecto inmediato - en todo el mundo. También se detendrán las inversiones en proyectos de suministro de combustibles fósiles, como minas de carbón o nuevos centros de producción de petróleo y gas. Esto afectaría a las centrales eléctricas y a las empresas de hidrocarburos, así como a los precios de la calefacción con combustibles fósiles o en las gasolineras.
Para 2030, se dispondrá de 1020 gigavatios adicionales de energía eólica y solar al año. Esto implicaría la construcción de nuevas centrales. En 2035, se secuestrarán cuatro gigatoneladas de CO2 según el plan, pero la AIE no especificó el procedimiento para ello. En 2040, la mitad del combustible utilizado en la aviación deberá ser de bajas emisiones. En 2045, según el plan gradual, deberá disponerse de 435 megatoneladas de hidrógeno, pero no para los turismos. En 2050, las emisiones de CO2 del sector energético deberían ser casi nulas - y por tanto, el consumo de energía debería ser significativamente más limpio.
Los críticos consideran notable el plan presentado ahora, ya que la Agencia Internacional de la Energía se considera tradicionalmente favorable a los fósiles. Tan recientemente como este milenio, la AIE había abogado por un aumento de la producción de petróleo. Ahora, la agencia planea eliminar gradualmente las centrales eléctricas de carbón y detener el desarrollo de nuevas explotaciones petrolíferas.
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