El Instituto Max Planck obtiene una subvención millonaria de la UE
El Instituto Max Planck de Coloides e Interfaces de Potsdam (Alemania) recibe 6,5 millones de euros del Consejo Europeo de Investigación (CEI). Con esta financiación, los investigadores pretenden aumentar entre cuatro y seis veces la densidad de las baterías.
Al mismo tiempo, el equipo en torno al profesor Markus Antonietti quiere reducir los precios del almacenamiento de energía a una décima parte. "En la actualidad, las baterías son muy caras y muy pesadas. Necesitamos sistemas mucho más baratos para hacer asequible en el futuro un suministro energético sostenible para los hogares y la sociedad", afirma Antonietti.
Lo que antes era una crisis energética, se está convirtiendo en una crisis de almacenamiento de energía, sugiere el instituto. Por ello, los investigadores se concentran en desarrollar "alternativas fundamentales para el almacenamiento", explica el profesor.
Su enfoque incluye "novedosas sales líquidas como disolventes y nuevas transiciones de energía que sólo existen en la nanoescala y que obtienen más voltaje de cada electrón", dice Antonietti. Su grupo de investigación afirma saber cómo fabricar pequeños poros en nuevos carbonos. "Para ser precisos, el poro es el centro de nuestro trabajo", añade Antonietti.
A su trabajo se une el de Patrice Simon, descrito como un destacado electroquímico en el campo de los supercondensadores de la Universidad de Toulouse (Francia). El equipo de Simon en Francia trabaja en los procesos electroquímicos durante el propio almacenamiento.
La asociación es crucial para la financiación que ahora se recibe a través del programa de Subvenciones Sinergia del ECR. Las Subvenciones Sinergia requieren la solicitud de equipos de investigación formados por entre dos y cuatro investigadores.
En total, se recibieron 440 propuestas y 34 equipos de 22 países recibieron una beca de investigación. Alemania participa en 18 proyectos de investigación, y 7 de las 34 becas de sinergia van a parar a los Institutos Max Planck de la Sociedad Max Planck.
La declaración no revela detalles sobre el estado de la investigación y los próximos pasos que permite la nueva financiación. Por el aspecto del proyecto, parece que se trata en primer lugar de investigación, sin que nada indique aún su industrialización.
Las baterías de agua salada son conocidas por sus aplicaciones estacionarias, pero los investigadores están interesados en las aplicaciones móviles. El instituto menciona las baterías de litio de los vehículos eléctricos que "deben ser sustituidas por otras alternativas" ya que son "relativamente caras, pesadas y perjudiciales para el medio ambiente si no se eliminan adecuadamente".
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