Francia reduce las subvenciones a los vehículos eléctricos ante el aumento de las ventas

Después de que hace unos meses el gobierno francés decidiera aumentar las subvenciones a los coches eléctricos e híbridos enchufables hasta 7.000 euros, volverá a recortarlas a partir de 2021. Al mismo tiempo, Francia está endureciendo las penalizaciones por altas emisiones de CO2.

Según el presupuesto presentado ayer por Bruno Le Maire, ministro de Economía y Hacienda, la prima para los coches eléctricos puros bajará de los 7.000 euros actuales a 6.000 euros en 2021 y se reducirá aún más hasta los 5.000 euros en 2022. El Gobierno reducirá a la mitad la subvención estatal para los híbridos enchufables a 1.000 euros el año que viene. Esta subvención sólo se aplicará a los vehículos que cuesten un máximo de 45.000 euros.

También hay un recorte de la subvención especial para flotas de empresas. El gobierno sólo pagará 1.000 euros en cada uno de los dos próximos años en lugar de la ayuda actual de 5.000 euros. Lo único que se mantiene intacto es un incentivo separado para cambiar a vehículos eléctricos para los hogares con bajos ingresos que asciende a 3.000 euros.

Al igual que Alemania, Francia había decidido aumentar las tasas de subvención en mayo de 2020 como parte de un plan de reestructuración de la industria automovilística. La razón principal fue el desplome de las ventas debido a la crisis del Corona. Sin embargo, el gobierno francés adoptó un enfoque más moderado, elevando únicamente la subvención máxima de 6.000 a 7.000 euros. A corto plazo, la demanda también se vio impulsada por un plan de desguace para compradores particulares. Esto tuvo su efecto. Según las estadísticas del grupo industrial CCAF citadas por Bloomberg, los vehículos eléctricos representaron el 6,1% de las matriculaciones en el mercado francés en los ocho primeros meses del año, frente a sólo el 1,9% en 2019. Los híbridos enchufables también ganaron una mayor cuota de mercado.

Bruno Le Maire califica la decisión de "acorde con la evolución del mercado de los eléctricos". La bonificación se mantendrá en un nivel ambicioso pero decreciente, ya que este tipo de vehículos será más competitivo frente a los modelos con motor de combustión. Por cierto, el Gobierno ya tenía la intención de volver a reducir lentamente los porcentajes de subvención cuando presentó la reformada sistema bonus-malus en diciembre 2019 antes de la pandemia mundial.

En cuanto al "malus écologique", Francia seguirá apretando las tuercas. El "malus écologique" es un impuesto medioambiental que se aplica a los vehículos con un determinado nivel de emisiones de CO2 y que se abona en el momento de la matriculación. Las sanciones son escalonadas, y la tasa máxima para los coches con emisiones de CO2 superiores a 225 gramos por kilómetro asciende actualmente a 20.000 euros. Según el actual proyecto de presupuesto, la tasa máxima se duplicará de nuevo en 2021, hasta 40.000 euros, y se aumentará a 50.000 euros en 2022.

Este es, por supuesto, el caso extremo. El umbral para el malus se sitúa actualmente en una emisión de 138 gramos de CO2 por kilómetro (según WLTP). Por ejemplo, quien emita entre 138 y 160 gramos de CO2 por kilómetro tendrá que pagar 1.000 euros por la matriculación. En cualquier caso, el límite se reducirá ahora de los citados 138 a 131 gramos a partir del 1 de enero de 2021 y a 123 gramos en 2022. Con el agravante del malus, el posible impuesto proporcional al peso de los vehículos del que se habló en Francia recientemente queda descartado por el momento.

El lobby del automóvil en Francia La Plateforme Automobile es naturalmente muy crítica con las medidas adoptadas por el gobierno: "Para que el sistema bonus-malus sea un verdadero instrumento para la transición ecológica, el bonus también debe avanzar, de lo contrario el malus sólo se convertirá en un nuevo impuesto oculto", afirma Marc Mortureux, director general de la organización.

Reportaje de Cora Werwitzke, Francia.

bloomberg.com, francetvinfo.fr, lesechos.fr (ambos en francés)