Francia presenta un paquete para coches eléctricos

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha anunciado un aumento masivo de las ayudas a la industria automovilística francesa. El jefe del Estado reacciona así a la crisis de PSA y Renault, cuyo principal motivo es el desplome de las ventas debido a la crisis Corona.

El paquete de ayudas a la industria automovilística francesa asciende a más de ocho mil millones de euros. Macron formuló el objetivo de poner en las carreteras un millón de coches limpios en un plazo de cinco años y convertirse en el "primer productor de estos vehículos en Europa".

Las medidas de apoyo incluyen subvenciones a la compra de coches eléctricos, así como a la conversión de vehículos de combustión en eléctricos, un aumento de los puntos de recarga y medidas para consolidar la producción dentro de Francia desde otros países.

Para los franceses que deseen comprar un coche eléctrico, la subvención estatal aumentará de 6.000 a ahora 7.000 euros, válida hasta un precio de catálogo de 45.000 euros, sólo para compradores particulares y únicamente en el periodo comprendido entre el 1 de junio y el 31 de diciembre de 2020. Para las compras comerciales de coches eléctricos, la prima aumenta de 3.000 a 5.000 euros - en 2019 más de la mitad de las compras de coches nuevos fueron realizadas por propietarios comerciales. En ambos casos, el precio de catálogo del vehículo elegido no debe superar los 45.000 euros para beneficiarse de la totalidad de la prima.

Para los coches eléctricos que cuesten entre 45.000 y 60.000 euros, la bonificación es de 3.000 euros; a partir de 60.000 euros, no se concede bonificación alguna. Quien gane menos de 18.000 euros al año, dé de baja su viejo motor de combustión y adquiera un nuevo coche eléctrico también puede esperar una bonificación de 5.000 euros como parte de la "prima a la reconversión", es decir, recibe un total de 12.000 euros del Estado por la adquisición de un coche puramente eléctrico. Para los híbridos enchufables, existe una bonificación de 2.000 euros a partir de una autonomía de 50 km y hasta un precio de catálogo de 50.000 euros, y el número de puntos de recarga en Francia se triplicará hasta alcanzar los 100.000 a finales de 2021.

En cuanto a la producción, la mayor parte del paquete de ayudas, unos 5.000 millones de euros, irá en forma de préstamo a Renault. El fabricante ya solicitó dicho préstamo hace unos días. Pero Bruno Le Maire ya había anunciado que no quería conceder el crédito sin condiciones. Según él, Renault debería posicionarse mejor en el ámbito de la electromovilidad y unirse al consorcio germano-francés de baterías en torno a PSA, Opel y Saft. Según Emmanuel Macron, Renault ha asumido ahora exactamente este compromiso.

Las medidas de Marcon, así como el impulso para consolidar la fabricación dentro de Francia, encajan bien con el reestructuración de la alianza Renault-Mitsubishi-Nissan también anunciada hoy. El principio rector de la cooperación es el denominado "líder-seguidor" para regiones, vehículos y tecnologías, con el fin de lograr una mayor eficacia y competitividad en estas áreas. De este modo, Renault se encargará de liderar la tecnología y los tipos de modelos para Europa, mientras que los otros dos socios se centrarán en otras regiones del mundo, con la idea de que cada empresa siga los pasos del líder designado para cada región. Las empresas esperan que la nueva estructura ponga fin a las disputas por el reparto de poder que han durado más de año y medio. Éstas estallaron tras la destitución de Ghosn a finales de 2018.

Además, el gobierno francés espera que Renault presente esta misma semana un plan de austeridad que permitirá ahorrar miles de millones y que, según los medios de comunicación, incluirá el cierre de plantas. Queda por ver si el crédito estatal concedido podrá sostenerlo: el gobierno de París está ansioso por preservar los aproximadamente 1,3 millones de puestos de trabajo de los fabricantes de automóviles, proveedores y empresas de servicios.

Dado que el gobierno es accionista de los dos grandes fabricantes franceses, Macron también ha intervenido para obtener garantías sobre la localización de la futura producción francesa de vehículos eléctricos. En total, en 2025 deberán fabricarse en Francia un millón de vehículos eléctricos, híbridos o híbridos enchufables. Esto significa que Renault está obligada a que los futuros vehículos eléctricos de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi se fabriquen en la fábrica de motores de Normandía, en Cléon (Sena-Maritimes), y no en China, y a cuadruplicar el ensamblaje de vehículos eléctricos en Francia de aquí a 2024.

Pero no son sólo los grandes fabricantes de automóviles los que están en el punto de mira de las medidas decididas ahora por el gobierno francés. El Estado pone sobre la mesa cerca de 1.000 millones de euros para impulsar la oferta industrial francesa. Se va a crear un fondo dotado con 200 millones de euros para apoyar el futuro de la industria automovilística francesa con el fin de conceder subvenciones que ayuden a la digitalización, la robotización y la transformación industrial. Se hará hincapié en la transformación medioambiental y ecológica, especialmente también para los pequeños actores del sector que no pueden permitirse estos cambios. La investigación y el desarrollo en este sector recibirán un impulso de otros 150 millones de euros.

Por último, una medida interesante para las empresas de transformación y no para los fabricantes de automóviles: una prima de transformación. El reequipamiento de vehículos de motor de combustión con motores eléctricos acaba de ser legal en Francia desde marzo de 2020 y varias empresas están especializadas en este ámbito. Una de ellas, Transition One, realizará retrofits por 5.000 euros, lo que corresponde al importe concedido en la nueva prima de reconversión.

es24.noticias, largus.fr (en francés)