Londres se reabre lentamente con el aumento de la tasa por congestión
La capital británica se desbloquea cuando TfL reanuda el servicio en la mayoría de las líneas del metro de Londres. La apertura va de la mano de la reintroducción por parte del alcalde de la tasa por congestión y la ULEZ. Ambas se habían suspendido durante el cierre de Covid-19 para permitir a los trabajadores clave viajar libremente.
La medida de suprimir temporalmente la tasa por congestión y las tasas de las zonas de bajas emisiones (Zona de Bajas Emisiones y Zona de Emisiones Ultra Bajas, antes T-Charge) tenía como objetivo facilitar a los vehículos de rescate y reparto como informó.
Sin embargo, la ahora anunciada reintroducción de las tasas medioambientales incluye cambios en virtud de un rescate gubernamental de 1.600 millones de libras. TfL consiguió financiación de emergencia para mantener en marcha los servicios de metro y autobús hasta septiembre. El operador de transporte público de Londres funciona únicamente con los ingresos procedentes de las tarifas, por lo que el cierre había afectado negativamente al negocio. El alcalde dijo que el coronavirus había tenido un "impacto catastrófico en las finanzas de TfL" y no había dejado otra opción que buscar financiación.
En este contexto, la tasa por congestión continuará inicialmente al precio anterior de 11,50 libras al día a partir de este lunes, pero el plan es aumentarla a 15 libras a partir del 22 de junio. La alcaldía también aumentará el horario de funcionamiento a de 7.00 a 22.00 horas, siete días a la semana, frente al régimen actual de 7.00 a 18.00 horas, de lunes a viernes.
Mientras Downing Street defendía los cambios, TfL dijo que la subida de precios de las tasas se mantendría durante un año. Ambas medidas se revisarán más adelante para ver si se hacen permanentes. En cualquier caso, TfL se encuentra entre la espada y la pared: el operador de transporte público debe reanudar el servicio y, por supuesto, asegurar sus ingresos a través de las tarifas. Al mismo tiempo, TfL debe disuadir a la gente de volver a abarrotar los trenes.
Es aquí donde entran en juego los planes de mayor alcance del alcalde y de TfL para transformar partes del centro de Londres en una de las mayores zonas sin coches de cualquier capital del mundo. TfL afirmó que los planes "crearán más espacio para el distanciamiento social al caminar y montar en bicicleta, garantizando que las personas que no tienen más remedio que volver al trabajo en el centro de Londres puedan hacerlo de la forma más segura posible".
En concreto, el puente de Waterloo y el puente de Londres podrían quedar restringidos únicamente a peatones, ciclistas y autobuses, con aceras ensanchadas para que la gente pueda desplazarse con seguridad entre las concurridas estaciones de tren y sus lugares de trabajo. TfL y la alcaldía empiezan por estos grandes cruces, ya que en conjunto sólo regulan el 5% de la red viaria de Londres; el resto sigue bajo la autoridad de 32 municipios londinenses.
Así pues, aunque se trata de una medida para animar a la gente a seguir caminando y en bicicleta con el fin de continuar con el distanciamiento social, también es una oportunidad para el alcalde y TfL. El transporte público londinense lleva mucho tiempo sometido a la presión de la masificación, por lo que la ciudad ya ha intentado antes animar a la gente a pasarse a otros medios de transporte. Dados los tiempos que corren, el transporte público, dice el alcalde, debe convertirse en un "último recurso". El gobierno central también sigue aconsejando a la gente que evite el contacto social y que sólo viaje cuando sea imprescindible.
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