Los PHEV se enfrentarán a un escrutinio más estricto bajo la nueva ley de la UE
La nueva legislación europea sobre CO2 para turismos y vehículos comerciales ligeros obliga a la Comisión Europea a controlar el consumo real de combustible y energía eléctrica a partir del próximo año. Así lo señaló el ICCT.
Según el ICCT, estos medidores de consumo de combustible a bordo (OBFCM) deberán instalarse en todos los turismos y vehículos comerciales ligeros nuevos a partir del 1 de enero de 2020. En el caso de los híbridos enchufables, esto significa que se registrará y transmitirá detalladamente el grado de desplazamiento eléctrico, pero no para sanciones individuales, sino para un registro general de este tipo de conducción.
En el caso del PHEV, no sólo el ICCT lleva años señalando que las emisiones reales de CO2 dependen en gran medida del comportamiento de conducción y carga del usuario. En Alemania, con motivo del aumento de la bonificación medioambiental, se volvió a criticar el PHEV por el respeto al medio ambiente del concepto de conducción y la política de financiación.
La nueva normativa europea sobre emisiones de CO2 para vehículos pesados y de bajo consumo obliga a la Comisión Europea a reducir el consumo real de materias primas y energía eléctrica. La ilustración muestra cuatro posibles rutas de transporte de datos.1TP5CartaDeLaSemana pic.twitter.com/kMbUNfpX1n
- El ICCT (@TheICCT) 25 de noviembre de 2019
Cuando se adoptó la normativa anterior, sólo se disponía de los datos de los coches de combustión, según el ICCT. En aquel momento, se suponía que un PHEV se cargaría una vez al día. "Con los datos del OBFCM, se pudo analizar el patrón real de funcionamiento y recarga de los PHEV", escribe el ICCT. "Como es probable que el patrón de recarga de los PHEV dependa de otros parámetros además de la autonomía en modo de agotamiento de la carga, los datos del OBFCM en combinación con la información del vehículo podrían utilizarse para determinar UF representativas y más específicas del vehículo que tengan en cuenta factores adicionales, como la potencia del vehículo, la relación potencia-masa, la huella, la masa y la relación entre potencia convencional y eléctrica."
El principal objetivo de la recogida de datos es controlar la evolución de la brecha entre el consumo estándar en la homologación de tipo y las emisiones reales de CO2. "Con esta información, la Comisión Europea puede controlar la brecha entre la homologación de tipo y las emisiones reales de CO2 y, eventualmente, desarrollar medidas reguladoras para garantizar que la brecha no aumente con el tiempo", escribe el ICCT. Los datos del OBFCM también son valiosos para otros fines. Los consumidores podrían informarse mejor sobre los vehículos más respetuosos con el clima a través del consumo real de combustible y energía. También podría registrarse la influencia de la edad del vehículo en el uso real.
Sin embargo, queda por ver cómo se transmitirán los datos registrados. Según el ICCT, existen cuatro formas posibles de hacerlo: lectura manual en el taller (durante una inspección, por ejemplo), lectura aleatoria por parte de la policía durante los controles de tráfico, software de gestión de flotas para flotas de vehículos de empresa y de alquiler o, por último, vía inalámbrica (OTA). Mientras que los tres primeros métodos siguen requiriendo un intermediario, los datos podrían almacenarse directamente en los servidores de la Comisión Europea a través de una transmisión por radio.
Esta no es la única razón por la que el ICCT recomienda la tecnología OTA: en el caso de los coches nuevos (eléctricos) pasan años hasta que llega la primera inspección o la ITV. El esfuerzo para la policía sigue aumentando con los controles de tráfico, además, no pueden contar con resultados representativos. Y la solución para flotas no cubre a muchos clientes privados.
theicct.org (PDF)
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