Hyundai desarrolla una plataforma para coches eléctricos
Con el Kona y el Ioniq, Hyundai ya ofrece coches eléctricos de éxito, pero ambos se apoyan en plataformas compartidas con vehículos de combustión e híbridos. Ahora está a punto de completarse una plataforma para vehículos eléctricos puros, cuyos prototipos estarán listos este año.
Hyundai ha empezado a desarrollar su primer modelo con el nombre de proyecto NE basado en la plataforma modular eléctrica global (E-GMP) específica, según informan los medios coreanos. El fabricante de automóviles ha pedido además a varios proveedores que le suministren piezas adecuadas para un prototipo, según se ha informado.
El primer modelo, basado en la plataforma E-GMP, será un SUV compacto con una autonomía de unos 450 kilómetros. Hyundai tiene previsto completar un prototipo en diciembre de este año y presentar el vehículo en junio de 2020. Su producción en serie está prevista para 2021.
Con la Kona Electric, Hyundai ya ofrece un pequeño SUV eléctrico. Sin embargo, comparte numerosos componentes con el Kona de propulsión convencional y, por tanto, adopta muchas de las características de un vehículo de combustión que no son necesarias para un coche eléctrico, como el gran capó que sujeta el motor o la enorme consola central. Con E-GMP, Hyundai podría planificar sus vehículos eléctricos de forma más flexible y, potencialmente, fabricarlos con mayor facilidad.
Según el informe, Hyundai está a punto de seleccionar al proveedor principal de las celdas de la batería. El informe no aclara si Hyundai adjudicará el contrato a una sola empresa o a varios proveedores, como en el caso del MEB de Volkswagen.
Con el desarrollo del E-GMP, también queda claro que Hyundai no dependerá exclusivamente del hidrógeno en el futuro. La empresa coreana había anunciado a principios de mes que invertiría 6.700 millones de dólares en tecnología de pilas de combustible. Además, Hyundai tiene la intención de vender su sistemas de propulsión por pilas de combustible a los competidores en el futuro para garantizar una aceptación mundial más rápida de la tecnología y, por supuesto, para recuperar parte de los elevados costes de inversión.
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