Edimburgo pone en marcha un plan de red de tarificación en la vía pública
En Escocia, el Ayuntamiento de Edimburgo ha dado luz verde a un plan para construir 66 puntos de recarga de vehículos eléctricos en la vía pública en 14 centros repartidos por toda la ciudad de aquí a 2020. Se trata sólo de la primera fase de lo que se denomina "Caso empresarial de infraestructura para vehículos eléctricos".
El plan de infraestructuras para vehículos eléctricos de Edimburgo recibió el visto bueno del Comité de Transporte y Medio Ambiente del ayuntamiento en octubre. El plan prevé la instalación de un total de 211 puntos de recarga en la vía pública antes de 2023, con un coste de 3,3 millones de libras (unos 3,8 millones de euros).
La concejala de Transporte y Medio Ambiente de la ciudad, Lesley Macinnes, declaró: "Hemos asistido a un aumento exponencial de la popularidad de los vehículos eléctricos en los últimos años y queremos que esto continúe. Animar a los conductores a elegir modos de transporte respetuosos con el medio ambiente en lugar de coches diésel o de gasolina tendrá un impacto real en la calidad del aire, por lo que es esencial que proporcionemos la infraestructura que lo permita."
Los puntos de recarga se colocarán estratégicamente por toda Edimburgo, por lo que los responsables del proyecto se pondrán en contacto con los departamentos de aparcamientos y planificación, junto con el operador de la red de distribución Scottish Power Energy Networks, para ver la extensión de la infraestructura por toda la ciudad.
Para evitar el desorden y el bloqueo de las plazas de aparcamiento residenciales, el Consejo se está asegurando de que los puntos de recarga se instalen en las carreteras, en lugar de en las aceras, y cerca de las viviendas residenciales, pero no adyacentes a ellas. El objetivo es que las bahías para vehículos eléctricos estén operativas las 24 horas del día, los siete días de la semana, para uso exclusivo de carga de vehículos eléctricos y no para aparcamiento. Para garantizar que así sea, se está elaborando una política de aplicación.
El Gobierno escocés quiere eliminar progresivamente los coches y furgonetas nuevos de gasolina y diésel para 2032 con una serie de iniciativas diferentes que incluyen apoyar la compra de bicicletas eléctricas y pedelecs así como "autobuses "verdes.
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