La historia de la quema de Tesla da un giro extraño
Allá por 2014, el propietario de un flamante Tesla afirmó que su Model S se incendió espontáneamente y Tesla le ofreció una indemnización. Tesla se echó atrás en el trato cuando descubrió que el incendio había sido provocado, no por una batería defectuosa, sino por una bala.
La historia comenzó cuando el orgulloso nuevo propietario de un Model S, John Schneider, se alejaba del concesionario. Según documentos judiciales obtenidos por Electrek, "el humo y las llamas comenzaron a salir del asiento trasero del vehículo en las proximidades de las celdas de la batería trasera del vehículo. Schneider se detuvo inmediatamente y salió del vehículo y observó cómo el asiento trasero del pasajero seguía ardiendo".
En ese momento, Tesla estaba en alerta máxima sobre el tema de los incendios y las baterías, ya que se habían producido algunos casos muy publicitados de vehículos Tesla que se incendiaban. Tesla tomó posesión del vehículo siniestrado, y al parecer descubrió que el Tesla "presentaba algunos fallos con la batería". Cinco días después, el concesionario ofreció a Schneider un vehículo de sustitución a cambio de la firma de un documento en el que se comprometía a guardar silencio sobre el incidente, documento que Schneider firmó gustosamente.
Entonces las cosas se pusieron raras. Unos 21 días más tarde, después de que Tesla hubiera completado por fin su investigación sobre la causa del incendio, afirmaron que el paquete de baterías se había incendiado porque "se disparó una bala contra la batería desde el interior de la cabina de pasajeros del vehículo". Fue entonces cuando Tesla envió a Schneider una carta rescindiendo el acuerdo porque el "evento térmico" fue causado por la bala y que este "hecho material no fue transmitido a Tesla, y Tesla se basó en la información que usted le proporcionó que omitía esta información material". Todos los tratos se cancelaron, pero Schneider no tenía ni un bar de eso. De ahí el proceso judicial.
Al leer los documentos judiciales, queda claro que Tesla cometió el error de intentar proteger su nombre de marca antes incluso de haber investigado el problema. Al parecer, Tesla no encontró la causa del incendio hasta 21 días después de tener la posesión del vehículo, pero estúpidamente no habían hecho depender en modo alguno su acuerdo con Schneider de la causa real del incendio. Schneider dice que se atuvo a su parte del trato (aunque estaba claro que Tesla ya no quería ninguna parte del mismo), lo que significaba que no hizo una reclamación al seguro, que es lo que Tesla le había hecho prometer en el precipitado trato. Si Schneider podría haber reclamado el vehículo como siniestro al seguro tras un tiroteo, o un accidente -la mente se aturde- es otra cuestión totalmente distinta.
Según Electrek, las pruebas estadísticas demuestran que los VE no tienen más probabilidades de incendiarse que cualquier otro vehículo. Sin embargo, parece que los fabricantes de vehículos deberían pensárselo dos veces antes de callar a los clientes sobre un "incidente térmico" antes de averiguar qué lo causó realmente.
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