BASF planea reducir la proporción de níquel en las baterías

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BASF está intentando reducir la proporción de níquel en la química de las baterías y también trabajar para conseguir un contenido cero de cobalto. El objetivo es reducir costes al tiempo que se abastece el creciente mercado de materiales catódicos para baterías de vehículos eléctricos.

En la actualidad, BASF y otros actores de la industria, como la belga Umicore, intentan aumentar la proporción de níquel de las baterías, con el fin de alcanzar un mayor grado de almacenamiento de energía, además de ahorrar costes. Además, las condiciones de abastecimiento de cobalto son en general pésimas, ya que la mayor parte del suministro mundial procede del Congo.

Sin embargo, a medio plazo, BASF planea reducir su dependencia del cobalto, así como del níquel. La empresa alemana aspira a un modelo en el que el cobalto constituiría menos del 5% del sistema de baterías, mientras que el níquel se reduciría en más de la mitad, al tiempo que se aumentaría la proporción de manganeso, ampliamente disponible además de barato. Un documento interno de la empresa citado por Reuters muestra que a partir de 2021, los cátodos se fabricarían con níquel 20% y manganeso 70%. Esto elevaría los costes de producción de las baterías a no más de 40 dólares por kWh.

En la actualidad, el negocio de los materiales catódicos sigue siendo una parte relativamente pequeña de BASF, pero se considera un importante proyecto de innovación. En el periodo comprendido entre 2012 y 2015, la empresa lanzó una serie de adquisiciones e inversiones para asegurarse el acceso al mercado de los cátodos. Sus principales competidores son los grandes fabricantes asiáticos, así como las empresas europeas Johnson Matthey y Umicore.

Hace aproximadamente un mes, BASF anunció que la ciudad finlandesa de Harjavalta sería el primer emplazamiento donde la empresa fabricaría materiales para baterías destinados al mercado europeo de vehículos. Las instalaciones se construirán junto a las de la rusa Norilsk Nickel, de la que es socia desde hace tiempo, además de estar bien posicionada para futuras cooperaciones y desarrollos. Las inversiones para la instalación finlandesa costarán a BASF hasta 400 millones de euros. El inicio de la producción está previsto para 2020, y abastecerá a unos 300.000 vehículos eléctricos al año.

BASF está considerando la construcción de la instalación como una contribución a los objetivos fijados por el Comisión Europeacuyo objetivo es establecer una cadena de valor para las baterías en Europa. Para ello, se están evaluando varias ubicaciones en Europa para la construcción de nuevas instalaciones de producción de baterías, según la sede central de BASF.

reuters.com

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