Madrid prohíbe los coches de gasolina en el centro de la ciudad
A los madrileños les esperan grandes cambios. El 23 de noviembre entrará en vigor una política llamada "Madrid Central" que prohíbe de hecho a todos los coches convencionales circular por el centro de la ciudad. Además, se han anunciado otras medidas destinadas a limpiar el aire de la capital española, así como a ganar espacio dentro del centro de la ciudad.
Madrid Central es una prohibición de la circulación de tan largo alcance como sólo algunas ciudades escandinavas se han planteado hasta ahora y se remonta a la izquierdista alcaldesa de Madrid Manuela Carmena, una mujer de 74 años y antigua jueza.
Declaró que a partir de este mes de noviembre, sólo los vehículos eléctricos e híbridos con una autonomía de 40 km podrán circular libremente por el centro de la ciudad. La zona definida como centro mide 472 hectáreas y está delimitada por la M30.
Se hará una excepción con las personas que vivan en el centro de Madrid. Estos madrileños son también los únicos autorizados a aparcar en la calle, cualquier otra persona deberá utilizar un aparcamiento y tener un permiso en forma de pegatina para cruzar a la ciudad en primer lugar. Se han instalado cámaras en los aparcamientos, así como en todas las entradas al centro de la ciudad. A quienes intenten cruzar a la ciudad sin permiso se les cobrarán 90 euros, aunque el ayuntamiento empezará a imponer el pago sólo de forma gradual. Sólo los coches de gasolina matriculados antes del año 2000 no podrán entrar y lo mismo ocurrirá con los vehículos diésel comprados después de 2006. Incluso las motocicletas necesitarán una pegatina y sólo podrán aparcar entre las 7 de la mañana y las 10 de la noche. Además, todos los taxis deberán ser (parcialmente) eléctricos en 2025. Para entonces, es probable que el diésel también esté prohibido en toda la ciudad.
Pero esas prohibiciones y sanciones no son todo. Con la posibilidad de que las calles estén menos cargadas de coches, la capital española también planea ampliar los paseos que bordean avenidas como la Gran Vía. En las vías de sentido único más pequeñas y en las calles de un solo carril, la ciudad introducirá un límite de velocidad de 30 km - en Madrid esto afecta a cerca del 85% de todas las calles y hará menos atractivo el uso de cualquier coche. Aun así, los fabricantes de automóviles se han apresurado a introducir los eléctricos coche compartido servicios que es probable que experimenten un repunte en las matriculaciones llegue noviembre. Lo mismo cabe esperar para compartir scooter empresas como Coup que han tomado la ciudad.
El plan Madrid Central es ambicioso y minucioso, sólo igualado por iniciativas similares en Escandinavia o Ámsterdam.
derstandard.at (en alemán)
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