París rescinde el contrato de car sharing eléctrico con Bolloré
El pionero coche eléctrico compartido Autolib ha llegado al final del camino en París, ya que la ciudad rescinde su contrato con Bolloré 5 años antes de lo previsto. Las autoridades de la capital francesa se niegan ahora a asumir la última caída del presupuesto.
París es la cuna de Bolloré, por lo que el final del pionero plan de car sharing eléctrico es significativo. La ciudad había mantenido el contrato con la empresa a través de un sindicato que gestiona el esquema para unos 100 municipios de la región.
Los consejeros locales del Sindicato Autolib' Vélib' Métropole (SAVM) han rechazado ahora una petición de Bollore para contribuir con 233 millones de euros a su déficit presupuestario que se dirige hacia números rojos más profundos. Las estimaciones apuntan a unas pérdidas acumuladas de 293 millones de euros previstas para 2023, año en el que habría finalizado oficialmente el contrato.
Autolib había entrado en dificultades financieras por varias razones. Las quejas sobre la limpieza de los coches se sumaron probablemente al número de usuarios que recurrían a servicios alternativos como la llegada de Uber, por ejemplo.
Bollore afirmó en un comunicado que impugnaría la rescisión del contrato ante los tribunales. Reuters citó a Gilles Alix, responsable de Autolib' SAS, diciendo: "No se crean las patrañas del syndicat, iremos al tribunal administrativo y obtendremos mucho dinero, así es como acabará esto".
Aunque esto está por ver, el final del contrato se había previsto y informa ya sugirió que se estaban manteniendo conversaciones con otros fabricantes de automóviles, que han manifestado su interés por sustituir a Autolib en París, entre ellos Renault, PSA, BMW y Daimler. Además, la alcaldesa Anne Hidalgo está estudiando la posibilidad de introducir en su lugar un concepto de vehículo compartido de flotación libre.
Lanzado en 2011, Autolib cuenta con 150.000 usuarios activos en París. Aún no está claro qué será de ellos y del servicio en el futuro.
Además, parece que el servicio de bicicletas compartidas Vélib también ha tenido problemas después de que un cambio de propietario provocara grandes problemas con la disponibilidad de las bicicletas en París. Desde entonces han surgido numerosos competidores, el último de ellos Lime. La startup californiana lanzó esta misma semana una flota de patinetes eléctricos según se informa.
No está claro si ésta será la única caída de Bolloré. Los franceses están intentando crear clubes de coches eléctricos también en otras ciudades, pero se han topado repetidamente con problemas. En Londres sus Servicio BluePoint crece lentamente, si es que lo hace, por ejemplo.
Al menos en Singapur, la filial de Bolloré BlueSG parece estar avanzando con la lanzadera de carga rápida de Bolloré basada en el BlueTram. El proyecto es sobre todo un banco de pruebas para los supercargadores, aunque no como los coches eléctricos de Bolloré, que siempre han sido un escaparate para la tecnología de baterías de la empresa. Por ahora parece que pueden aportar algunas lecciones para los sistemas de car sharing eléctrico, una de ellas es que para compartir hay que cuidar.
reuters.com (Autolib), france24.com (Vélib)
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