China, desenchufada
Al igual que China está endureciendo las leyes sobre vehículos para reducir la contaminación, entre los consumidores se está produciendo una evolución totalmente distinta. Allí, los compradores de PHEV no sólo no recargan nunca sus baterías, sino que las retiran por completo para ahorrar peso y, en consecuencia, combustible, haciendo que la tecnología puente se desmorone.
Se trata de una noticia realmente preocupante, ya que entonces los vehículos simplemente funcionan como un motor de combustión normal, eliminando cualquier beneficio medioambiental, mientras que los conductores siguen cosechando las recompensas con las que el gobierno subvenciona los VE. Esto podría tener un efecto sobre las políticas que se están poniendo en marcha para minimizar la contaminación, aunque sería difícil de aplicar. Puede que haya que esperar hasta que los combustibles fósiles alcancen precios superiores a los de la energía eléctrica y obliguen a los conductores a hacer el cambio en aras de ahorrar dinero.
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