La cumbre del diesel revela la falta de vehículos eléctricos en Alemania

1.000 millones de euros ayudarán a limpiar el aire de Alemania de los humos del diésel, pero la cumbre sobre el diésel del martes reveló que no es (sólo) el dinero lo que falta, sino los vehículos eléctricos. Y el tiempo se acaba.

Alemania tiene un problema, un problema con el diesel que últimamente ha sido reconocido por Angela Merkel y antes por las autoridades de la UE. Estas últimas acusan a las ciudades y pueblos alemanes de superar regularmente los límites de emisiones de NOx y las sanciones son inminentes.

Para evitar estas tasas, pero sobre todo para evitar la prohibición del diésel en el centro de las ciudades, la canciller Angela Merkel había pedido a los representantes de los municipios alemanes que acudieran por segunda vez a Berlín. Mil millones de euros van a estar disponibles hoy, según la canciller, para que los municipios saneen su situación.

De ellos, 350 millones de euros se destinarán a la compra de autobuses eléctricos. Sin embargo, los alcaldes de ciudades como Stuttgart y Düsseldorf se quejan diciendo que, aunque el dinero bastaría para electrificar los autobuses, no hay vehículos que comprar. La ministra alemana de Medio Ambiente, Barbara Hendricks (SPD), resumió la situación diciendo: "Probablemente tendríamos que comprar autobuses no sólo polacos, sino también chinos para satisfacer nuestra demanda".

Los autobuses eléctricos no son los únicos vehículos que faltan. Por ejemplo, el alcalde de Berlín, Michael Müller (SPD), señaló que ni un solo fabricante alemán ha sacado al mercado un taxi eléctrico. Una oportunidad perdida, sobre todo ahora que la capital pretende introducir un amplio programa de taxis eléctricos, según de electrive fuentes en Berlín.

En cualquier caso, aunque los vehículos puedan comprarse localmente o importarse del extranjero, puede que sea demasiado tarde para evitar la prohibición del diésel en Alemania. Se espera que una sentencia del Tribunal Administrativo Federal prevista para el 28 de febrero de 2018 siente las bases para la introducción de tales restricciones.

Preguntarse quién es el responsable del desastre es señalar con el dedo a todos los actores: a los fabricantes de automóviles y sus prácticas fraudulentas, a los organismos reguladores y sus medidas inadecuadas, y a los municipios que reaccionaron con demasiada lentitud.
Al final, sólo se necesita una reducción del tráfico convencional en general, así como la electrificación. Sin embargo, esta última requiere estructuras que sólo están en ciernes.
electrive.net (en alemán)